domingo, 16 de diciembre de 2012

El disfraz más rentable para ligar en Nochevieja, Halloween o Carnavales.

Como bien sabéis, en esta apasionante nación tenemos la inteligente costumbre de disfrazarnos en todas esas fiestas del año en las que el ambiente se parece al de los polos. Es muy habitual ver a gladiadores medio despelotados y vaquitas con minifalda en fechas tan señaladas como Halloween (31 de Octubre), nochevieja o carnaval (allá por febrero). Os puedo asegurar que estas tradiciones no triunfan porque pasar frío sea divertido, sino por el hecho irrefutable de que aquéll@s que se disfrazan, cuentan con más boletos en la tómbola de la cópula.

Durante un tiempo busqué el disfraz perfecto, ése que evitando en todo lo posible el frío, favoreciese al máximo las posibilidades de cumplir con nuestra noble función biológica. Se puede decir que lo encontré, aunque antes debo añadir que funciona especialmente bien en ambientes informales donde la gente va a pasárselo bien; véanse pubs o garitos con gente más o menos normal. Desde luego, no es el disfraz ideal para discotecas ni cotillones.


¿Y cuál ese legendario disfraz? Pues bien, se trata de ir disfrazados de libro de firmas. Haced lo siguiente.

1) Pillad un par de rotuladores de diferente color, uno oscuro y otro rojo, que pinten bien en tela. Atad el oscuro a una cuerdita para llevarlo enganchado del cuello como si fuera un colgante o medallón (dejando que el rotulador tenga 50 centímetros de cadena, por lo menos). El rojo lo introduciremos en el bolsillo, lo llamaremos el bolígrafo de emergencia.

2) Comprad unas camisetas totalmente blancas, son las que usaréis para salir y por internet valen 4 duros. Os las pondréis por encima de otra camiseta blanca (esta última que sea larga) si hace frío. Como complemento, unos vaqueros no van mal.

3) Tenéis que salir unos cuantos compinches, todos con el mismo uniforme. Escribid 5 firmas de chicas con teléfonos inventados en cada camiseta, nombres bonitos tipo Ana, Lucía, Leyre, Irene o Elena... Nada de María Carmen, Concepción, Gertrudis o cualquier otro nombre que evoque maldad. La idea principal es transmitir la sensación de que ya ha habido chicas majas que os han firmado, y que por lo tanto, dejar el teléfono en la camiseta de un desconocido no debe ser algo tan grave...

4) Cuando salgáis de fiesta, cada vez que veáis un grupito de chicas os acercáis - entre risas - y les decís que vais disfrazados de libro de firmas, que os echen una firmita. En principio, deberán utilizar el rotulador que lleváis colgando del cuello.
Cuando el radar pite porque estáis viendo algo interesante, cambiáis el plan. Esperaréis a que la sujeta objeto del pitido esté cerca, y entonces os dirigiréis a ella con tonito fanfarrón-condescendiente, para medio en coña, decirle que junto a la firma escriba el número de teléfono. Todo esto debe suceder mientras le suministráis el bolígrafo de emergencia"Rubita, pones también tu número de teléfono. Te voy a dar una oportunidad".

Llevar dos rotuladores de diferentes colores es muy importante, porque de esta manera sabréis el día siguiente a quiénes podéis llamar, en este caso a los teléfonos rojos. Nosotros el primer año cometimos el error de llevar el mismo rotulador y luego se nos fue todo de las manos... creo que la historia daría para unas cuantas entradas.

Volviendo al asunto, lo principal es que gracias a esta estratagema conseguiréis que os revoloteen muchas, y no serán pocas las que acaben escribiendo su nombre y el teléfono. De hecho, basta que lo haga una para que lo hagan casi todas. Se puede decir que en este caso, el gregarismo humano juega a nuestro favor, pues no sólo conseguiremos rodearnos de montones de tías para tener más opciones de terminar la noche en buenas manos, sino que sacaremos una pasada de números de móvil. Bien gestionados, se pueden conseguir citas suficientes como para cubrir el calendario que va desde enero hasta el periodo estival.

Si salís un sábado, el martes por la tarde sería un buen día para llamar una por una a todas las que os hayan dejado el número con el color adecuado.
Después hay que construir un mensaje genérico, como la táctica es masiva y muy poco personalizada, da igual ser un poco pagafantas.

"Hola Irene (o XXX), soy yo, el que iba disfrazado de libro de firmas. ¿Qué tal? Escucha, entre todas las chicas que me firmaron no pude evitar hacer una marquita en el lugar en el que firmaste. Sin duda, hubo algo en ti que me encantó, así que no he podido evitar llamarte blablabla..."
Se trata de parecer amable y tratar de concertar una cita. Aunque os hayan dado un 20% de números falsos y otro 50% os diga que no, sigue quedando un % interesante que hace que la operación "libro de firmas" sea un negocio muy rentable.

Os dejo un par de fotos de la armadura de un héroe bilbaíno cualquiera una mañana de invierno cualquiera, tal y como llegó a casa hace un par de años. 


truco para ligar

truco para ligar

En previsión de posibles cabroncetes, los números que se veían muy claros fueron oportunamente tachados en cuanto estuvieron pasados a limpio, hecho que ocurrió nada más llegar a casa, pues como ya imaginaréis, no todos los guerreros vuelven con la misma cantidad de marcas encarnadas en la armadura, y hay que proteger a las doncellas de posibles llamadas de dragones indeseados.

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